Coronilla de los Siete Nudos, Nuestra Señora Desatadora de Nudos

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La Coronilla de los Siete Nudos, Nuestra Señora Desatadora de Nudos nos ayuda en los momentos más difíciles pidiéndole a Nuestra Señora Desatadora/Desatadora de Nudos que deshaga/desate los nudos que enredan nuestras vidas. Está elaborado con cuentas de madera de cerezo con una colorida imagen de María Desatadora de Nudos a ambos lados del centro. También cuenta con un potente crucifijo de San Benito para iniciar la coronilla.

Cada coronilla viene con una tarjeta de instrucciones bellamente diseñada. Caja no incluida. Ora con nosotros aquí:

Rezo inicial : Santa María, que desata los siete nudos, llena de la presencia de Dios durante tu vida aceptaste con gran humildad la Santa Voluntad del Padre y el legado de tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo. El mal nunca se atrevió a enredarte. Junto a tu Hijo, intercediste por nuestras dificultades, y con sencillez y paciencia, nos has enseñado a deshacer los nudos que enredaban nuestra vida. Al ser Madre nuestra, suavizas y aclaras los lazos que nos unen a Nuestro Señor. Cúbrenos con tu manto protector y permítenos experimentar, en tu protección amorosa y maternal: Paz, Armonía y Pureza.

El Primer Nudo : En nuestra tentación: Protegernos

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; Venga tu reino; Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; y perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.

¡Ave María llena eres de gracia! El Señor está contigo; Bendita eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como fue en el principio, es ahora y será siempre, en un mundo sin fin. Amén.

El Segundo Nudo : En nuestro pecado: Envianos

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; Venga tu reino; Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; y perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.

¡Ave María llena eres de gracia! El Señor está contigo; Bendita eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como fue en el principio, es ahora y será siempre, en un mundo sin fin. Amén.

El Tercer Nudo : En nuestra angustia: socorrenos

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; Venga tu reino; Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; y perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.

¡Ave María llena eres de gracia! El Señor está contigo; Bendita eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como fue en el principio, es ahora y será siempre, en un mundo sin fin. Amén.

El Cuarto Nudo : En nuestro dolor: Consuélanos

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; Venga tu reino; Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; y perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.

¡Ave María llena eres de gracia! El Señor está contigo; Bendita eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como fue en el principio, es ahora y será siempre, en un mundo sin fin. Amén.

El quinto nudo : En nuestro miedo: Anímanos

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; Venga tu reino; Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; y perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.

¡Ave María llena eres de gracia! El Señor está contigo; Bendita eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como fue en el principio, es ahora y será siempre, en un mundo sin fin. Amén.

El sexto nudo : En nuestra enfermedad: aliviarnos

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; Venga tu reino; Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; y perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.

¡Ave María llena eres de gracia! El Señor está contigo; Bendita eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como fue en el principio, es ahora y será siempre, en un mundo sin fin. Amén.

El séptimo nudo : En nuestra debilidad: Fortalécenos

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; Venga tu reino; Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; y perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.

¡Ave María llena eres de gracia! El Señor está contigo; Bendita eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como fue en el principio, es ahora y será siempre, en un mundo sin fin. Amén.

Oraciones finales : Santa María, Madre de Dios y nuestra, con tu corazón materno deshace los nudos que enredan nuestras vidas. Te pedimos que recibas en tus manos.

Expresa tus intenciones...

y libéranos de estos enredos.

Santísima Virgen María, por tu gracia, tu intercesión y tu ejemplo, líbranos del mal y desata los nudos que obstruyen nuestra unidad con Dios, para que podamos encontrarlo en todas las cosas, tenerlo en nuestro corazón y servirle siempre. . Amén.

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